
La pintura sólo es un pretexto. En realidad lo único que existe es el pensamiento. El pensamiento de la barbarie y de la sumisión. El pensamiento del mal y de su transigencia con él. Un pensamiento vertiginoso como el del esfuerzo enloquecido con el que hemos colaborado en nuestro propio exterminio.
Enzo Cormann. Sigue la tormenta.
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