El filósofo publica en EL MUNDO el monólogo teatral que escribió con el duelo que atravesó su familia el invierno pasado.

Los lectores que se hagan hoy con un ejemplar del diario EL MUNDO en sus quioscos y los que consulten su edición en Orbyt se encontrarán con una pieza de otra época, quién sabe si llegada del pasado o del futuro: 11.500 palabras dispuestas en siete páginas, sin puntos y aparte ni apenas ilustraciones, escritas con los códigos de un monólogo teatral y dedicadas a asuntos que también están fuera del tiempo periodístico: la muerte de un padre, el duelo de los que quedan, la soledad del hombre…

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