No resulta fácil etiquetar una película como «Gente en sitios»,sucesión de sketches donde lo absurdo y lo delirante van de la mano. Su propio director, Juan Cavestany, duda antes de ofrecer una respuesta: «Es extraña, peculiar, sorprendente, hecha para disfrutar. Una mezcla de cine autoral y, a la vez, muy popular y accesible».

En el Festival de Toronto, donde empezó a hacer ruido, la película fue recibida como «la crisis de España más Buñuel». Cavestany admite que es una película sobre la crisis, pero «de la crisis humana en general, de las relaciones, de la persona, de la dificultad de sobrevivir en el sistema. Y el sistema que hemos elegido, que es el capitalista, es fallido, es extraño, da unos problemas de funcionamiento que a veces son cómicos».

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