
La vida es sueño puede ser un espectáculo muy gratificante, como lo han demostrado otras puestas en escena que aprovecharon al máximo los elementos que enriquecen el ambiente de la historia principal; buenas historias cruzadas con estupendos personajes e incluso notables encuentros de capa y espada. En esta ocasión se optó por una implacable reducción a cuatro personajes, con su consiguiente limitación en forma y contenido.
El coautor de esta adaptación y director es un admirable hombre de teatro: Carles Alfaro, de quien recuerdo varias obras maestras como El lindo Don Diego, de Moreto para la CNTC; ¡Atchuusss!, sobre textos de Chejov; Tío Vania, de Chejov, en dos versiones distantes varios años, la última mejor que la primera; El arte de la comedia, de Eduardo de Filippo; El portero, de Harold Pinter, entre otras. Esta vez optó por un estatismo operístico tirando al siglo XVIII, de excesiva inmovilidad, potenciando lo peor del texto original: un sinfín de palabras con regocijo repetitivo y pasión por un antiteatro muy calderoniano: no sólo todo se cuenta más de una vez, sino que las escenas principales llegan advertidas con lujo de detalles.
Últimas noticias
Abel González Melo, Premio Casa de las Américas
El dramaturgo cubano radicado en España Abel González Melo, que acaba de ganar el prestigioso Premio Casa de las Américas por «Bayamesa», una obra estrenada en Miami acerca de una poco conocida...
Benito Zambrano y Daniel y Pablo Remón, Mejor Guión Adaptado en los Premios Goya 2020 por ‘Intemperie’
Benito Zambrano y Daniel y Pablo Remón han recibido este sábado el Premio Goya 2020 al Mejor Guión Adaptado por su trabajo en ‘Intemperie’. A este galardón también aspiraban Eligio Montero y...
El Teatro Galileo se refunda con una apuesta juvenil y urgente
La nueva era, en la que estarán autores como Ernesto Caballero y Juan Mayorga, la abre Lucía Miranda con Fiesta, fiesta, fiesta. Últimas noticias