Carles Alfaro (Valencia, 1960) optó por el autoexilio tras el cierre del Espai Moma. Aquella sala privada fue pionera, entre 1997 y 2004, en la aproximación del teatro contemporáneo y en valenciano a la ciudad. Pero, ay, cuán ingrata es esta tierra. Visto el nulo apoyo de las instituciones, el director y dramaturgo decidió poner fin a la travesía de gestión y centrarse en su trabajo sobre la escena.

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